¿ Representa la imagen a una mujer anciana o a una joven?
Alguna vez utilicé esta imagen u otras parecidas en clase como material de apoyo para suscitar un diálogo sobre las diferentes maneras de percibir una realidad. Al primer contacto visual, hay quien ve en ella el rostro de una mujer joven y hay quien percibe el de una mujer anciana. Haciendo de la ilusión óptica la oportuna metáfora, podría hacerse la reflexión de que la realidad depende del punto de vista con que se mire y que, por tanto, nunca puede confundirse el punto de vista propio con la realidad y, mucho menos, imponerlo como verdad. De esta deducción, cabría concluir que toda percepción de la realidad es siempre subjetiva y que, por tanto, la verdad no puede ser conocida, ¿Realmente es así?
Vayamos a las Matemáticas, con un ejemplo que tomo del filósofo Carlos Fernández Liria. Nadie puede negar que el teorema de Pitágoras (“En todo triángulo rectángulo, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de los catetos”) no sea absolutamente cierto. Afirmar que su certeza es tal que no admite discusión significa que dicha certeza puede ser reconocida por cualquier persona, con independencia de que sea hombre o mujer, joven o adulto, asiático o americano, rico o pobre, cristiano o budista y, si la cosa se apura, terrícola o extraterrestre. En definitiva, con independencia de su condición o circunstancia personal o social. Es la razón desnuda, sin filtros, la que entiende que el teorema no admite dudas.
Es evidente que en las Ciencias Humanas resulta más complejo llegar a este tipo de certezas; pero eso no quiere decir que en este campo todo sea asunto de puntos de vista y opiniones y no sea posible construir una interpretación de la realidad que confluya con la realidad misma. Para ello está el don de la razón, que es el que permite superar condicionantes, identificar las claves que permiten explicar lo que las cosas son para vislumbrar lo que deben ser y actuar en consecuencia. Como enseñó Sócrates: “El camino correcto exige el conocimiento lógico de las cosas”. Es el pensamiento libre
PD.- Dio de sí una simple ilusión óptica.
Mati dice
Buena reflexión, añadiría que para completar el intelectualismo socrático Kant en el siglo XVIII -para que la razón por sí sola no produzca monstruos- es necesario que se apoye en la experiencia. Sólo si se utilizan juicios sintéticos a priori podemos hablar de conocimiento.
Es decir que no se puede conocer sin base empírica, será otra cosa…
Un abrazo
JAVIER SEGURA dice
Muy acertado. Gracias.
Francisco Jesús García dice
Algunas consideraciones adicionales se pueden añadir.
A la matización cabría aducir que tal vez el concepto «conocimiento» es demasiado vasto.
Desde luego hay un «conocimiento científico» construido con juicios sintéticos a priori y basado en datos empìricos o recabados experimentalmente. Digamos que en ese caso existe una jueza, que es la realidad sobre la que se realizan los experimentos. Si el juicio sintético no coincide con los datos, ha de ser necesariamente descartado o mejorado. Por ejemplo, sostener que la Tierra es plana contradice todas las experiencias y por lo tanto, por más que las teorías terraplanistas aleguen como base empírica la experiencia cotidiana de que «no se aprecia» la curvatura de la Tierra, su juicio sintético adolece de parcialidad selectiva: mira la realidad demasiado cerca. Dicho con otro ejemplo: el testimonio de la experiencia de un soldado en una trinchera no es suficiente para construir un conocimiento de la batalla en que participó.
Seguramente será una sorpresa para los ajenos al mundo de la matemática saber que si el teorema de Pitágoras se cumpliese para triángulos dibujados sobre la Tierra, entonces la Tierra sería plana y los terraplanistas tendrían razón. Sobre una superficie esférica NO se cumple el teorema de Pitágoras, que sin embargo es una verdad universal y eterna ….. pero en un mundo absolutamente plano que solo existe en la cueva de Platón, esto es en el cerebro humano.
¿Que decir entonces del enunciado “toda percepción de la realidad es siempre subjetiva y que, por tanto, la verdad no puede ser conocida”?
Pues que tengamos más modestia y desterremos de nuestro vocabulario palabras como “todo“ y “siempre”.
JAVIER SEGURA dice
Gracias por enriquecer el texto