Y la indignación solidaria prendió en el alias masculino que quiso estar a bien con su conciencia compartiendo con su pareja su estupefacción ante el escándalo de todas esas personas que se resignan sin rechistar a la explotación laboral, a la parcelación de la vida en unidades domésticas y a conformarse con la posibilidad de disfrutar una semana al año en una playa masificada.
Y la indignación rebelde despertó en el alias femenino que tras la jornada laboral se dedicaba a cuidar la unidad haciendo la colada, preparando la comida, lavando la vajilla, atendiendo a la suegra enferma y cubriendo las demandas de la prole.
Y, entonces, la libertad, que no puede ser otra que la de género, les susurró en el oído: ¿Seguís durmiendo juntos después de tantos años? Definitivamente, metió la pata.
Hannia dice
Me encanta tu manera peculiar de exponer los diferentes temas, muy tuya, muy original y amena y no puedo más que aplaudirte! Eres único y puedes sentirte orgulloso! Te sigo y con gusto…Cariño, tu amiga Hannia
Imane dice
Doble jornada, triple jornada, jornada eterna que nunca para! maldigo el dia que se invento la ropa y se invento la colada!
Revelde! pero sin remedio! y sigue la eterna jornada!
Elisa Mancebo dice
Genial!!!!!
Raquel dice
Me parece que das en el clavo!!
Me gusta ese tono irónico con el que reflejas de una manera tan fiel lo que pasa en la mayoría de los hogares y familias ( o empresas mal gestionadas en muchos casos).
Estoy esperando el siguiente!!
Un abrazo, Javi
Arturo dice
Heteroproblemas en su forma convencional. Arriba – abajo. Lo explicaron bien en su día Epi y Blas. Ellas siguen prefiriendo que ellos sean más altos, véase first dates. No dormirán juntos, pero presumirán del otro al salir a la calle. Ella de lo ‘alto’ que es el, el de lo sumisa que es su pequeña mujercita. Sorry, es su elección.