Reza el slogan publicitario de una conocida marca de elaboración y venta de pizzas que “el secreto está en la masa”. No pensaron los expertos en márketing que ingeniaron dicho slogan que, cocinado con otras manos, ajenas al arte de la gastronomía, podría reconvertirse en una metáfora válida para interpretar el mundo en que vivimos.
Facilito de comprobar. Toda creación humana, digna de ser considerada como tal, desde una paella a una pieza musical, requiere de una base y algunos rasgos definitorios, donde radica el secreto que permite apropiarse de ella. En el caso de una pizza, ésta no podría ser reconocible sin su base, la masa, y sus ingredientes fundamentales, el tomate, el queso y el orégano. De ahí el acierto metafórico del slogan mencionado, que asocia la buena pizza al secreto de su masa.
Si extendemos la metáfora al campo del análisis-histórico político, la masa y los agregados necesarios para que ésta adquiera su sabor identitario vendrían a estar representados por el pensamiento científico y libre, que es donde se descifran las claves para entender la realidad y, de esta forma, fundamentar el comportamiento emancipado, en su pluralidad y diversidad, con los ingredientes que cada cual, soberanamente, quiera añadir. Permítaseme la licencia literaria.
¿Qué ocurre en la sociedad en que actualmente vivimos? Muy sencillo: que los dueños del dinero y el poder, que nutren su opulencia en el expolio de las arcas físicas y psíquicas del común de los mortales, se pasan la masa y sus añadidos básicos por el «forro» y asientan su supervivencia en el vacío del “quita y pon” de ingredientes a conveniencia, sin que importe su toxicidad.
De ahí que, en manos de estos manipuladores, ciencias sociales como la Historia y el arte para inventar alternativas guiadas por el buen sabor de la felicidad social, que no otra cosa es la buena política, se desvirtúen en los campos de batalla enlatados de la cultura del espectáculo idiotizante, hoy establecida.
Por todo ello, quiero reivindicar con esta metáfora el valor que en la cultura con mayúsculas tiene la capacidad del pensamiento científico y libre para desvelar los secretos ocultos que cimenta la vida social y, consecuentemente, para erigirse en el peldaño necesario para la escalada hacia la plenitud del buen vivir.
PD.- Este post se debe a la inestimable aportación de mi amigo-hermano Giancarlo Macannuco, auténtico padre de esta idea.
Hannia dice
Ingeniosísimo tu comentario! Vaya, nada que agregar! Excelente!👌👏👏👏👏
Saljo dice
En pocas palabras, entonces, el secreto está en la masa …encefálica, vaya.