Durante la segunda mitad del siglo XIX y las dos primeras décadas del siglo XX, alrededor de 55 a 60 millones de personas, procedentes fundamentalmente de Europa, emigraron a Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá y otros países del continente americano. Grupos masivos de británicos, irlandeses, italianos, alemanes, españoles, portugueses, rusos o judíos, entre otros, llegaron a América a través del Atlántico. Mientras, los emigrantes procedentes de Asia (chinos, japoneses y filipinos) se dirigieron, sobre todo, a los puertos estadounidenses del Pacífico. Por sus dimensiones, fue el mayor movimiento migratorio de la historia. La población estadounidense pasó de 31 millones en 1860 a 92 millones en 1910. Las inmigraciones europea, asiática y centroamericana contribuyeron a este crecimiento con más de 20 millones de personas.
Emigrantes rumbo a Estados Unidos a principios del siglo XX.
En 1917, en plena Gran Guerra y coincidiendo con la Revolución Rusa y el endurecimiento en Estados Unidos de la legislación contra la inmigración china, Charles Chaplin dirigió e interpretó, siendo asimismo el autor del guión, el mediometraje “El Inmigrante”. En él, Chaplin, en clave de humor, rinde tributo a todos aquellos emigrantes que se aventuraron a viajar desde Europa a Estados Unidos, agolpados en las cubiertas de los transatlánticos, con la esperanza de una vida mejor. Podría considerarse que, con este film, el creador del personaje de Charlot se erigió en pionero del cine que, a lo largo de su historia, ha puesto el foco en el fenómeno social de la migración y el exilio.
Fotograma de «El Inmigrante».
Desde luego, este tipo de cine constituye un antídoto frente a los discursos de odio que, en Europa y España, pretenden convertir a las personas migrantes “sin papeles”, particularmente las procedentes del Magreb y del África subsahariana, en el chivo expiatorio de todos los males.
Las migraciones forman parte de la historia humana desde siempre. No hay frontera, alambrada, muro o violencia racista que pueda frenarlas.
Ningún ser humano es ilegal. Continuará.
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