En las postrimerías del fascismo-católico en España y de la vida del que lo encarnó, «a Dios rogando y con las armas fusilando» hasta el final, el grito por la amnistía y libertad resonaba como un clamor coral de la ciudadanía social de todo el país, consciente de que debía suponer la «primera piedra» en la reconquista de las libertades democráticas.
Cuarenta años después, y coincidiendo con la discusión política en torno a la revisión de la ley de Amnistía de 1977, que para los colaboradores de la dictadura supuso una «ley de punto final» de sus crímenes contra los principios más elementales de los derechos humanos, hemos asistido atónitos al encarcelamiento de los líderes del procés por el derecho a decidir en Cataluña, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, por organizar un referéndum legítimo que, por la hostilidad del Gobierno central, constituyó un acto de desobediencia civil, responsable y, absolutamente, pacífica. ¿Otro caso aislado u otra manifestación de la deriva represiva encabezada por el Gobierno de Mariano Rajoy?
Desde aquí, por tanto, me adhiero a la exigencia de libertad inmediata para ambos y líderes y por la retirada de todas las medidas represoras puestas en marcha, políticas, judiciales, policiales y económicas para impedir la celebración del referéndum intentando recurrir al miedo como elemento disuasorio.
Adjunto las definiciones que Amnistía Internacional establece para presos político y de conciencia:
«Un preso político o prisionero político es cualquier persona física a la que se mantenga en la cárcel o detenida de otro modo, por ejemplo bajo arresto, sin haber cometido un delito tipificado sino porque sus ideas supongan un desafío o una amenaza para el sistema político establecido, sea este de la naturaleza que sea …»
«Presos de conciencia son aquellas personas que, sin haber utilizado la violencia ni haber propugnado su uso, son encarceladas o sometidas a otras restricciones de su libertad a causa de sus creencias, su origen étnico, sexo, color o idioma.»
Como puede apreciarse, ambas definiciones encajan en cualquier disidente político que rechace el uso de la violencia.
¿Alguien es capaz de argumentar que «ambos Jordis» no son presos políticos?
Manuel García Garcia dice
Dice el Ministro de Justicia que NO son presos políticos. Son políticos presos. …… 😩😩😩😩😩
JAVIER SEGURA dice
Muchas gracias por tu comentario
Juan Carlos Rodríguez dice
Un péndulo, una onda o un circulo, parace ser la historia. ¿ Es que estamos condenados a repetirla? ¿ Los cambios, por trascendentes que puedan paracernos, nos conducen siempre a cerrar el circulo y volver a la casilla de salida? ¿Es la historia, la humana, una manifestación más de los ciclos que afectan a la vida? Preguntas, preguntas, …