El terremoto del pasado 9 de Febrero en Marruecos ha puesto en evidencia, de nuevo, que las condiciones precarias son un factor de riesgo añadido ante la eventualidad de una catástrofe. No es sólo el terremoto el que mata y destruye, también lo hace la desprotección generada por la falta de recursos. Garantizar la seguridad frente a calamidades naturales requiere de un reparto equitativo de la riqueza que garantice condiciones mínimas de habitabilidad y seguridad. No basta la caridad. Tiene que haber cambios. ¿Tomarán nota?
Deja una respuesta