El discurso ultraderechista y de odio se apoya básicamente en la difusión de mensajes simples, fácilmente digeribles por cerebros poco exigentes. Este discurso cuenta además con un amplio elenco de escritores dispuestos a utilizar su estatus intelectual para dotarlo de credibilidad. Uno de ellos es Arturo Pérez Reverte, quien, en un tuit posterior a los sucesos de Torre Pacheco, escribe: “Mohamed, primo, que en España puedes ocupar una casa ajena, decirle puta a una zorra con minifalda, robar a punta de navaja y al día siguiente, si te pillan, estás en la calle. Y si eres menor, para qué te cuento. Además te subvencionan. A qué pasar hambre, si es de noche y hay higueras”. Como puede apreciarse, todo un concentrado de bulos neofascistas para agitar el fantasma de la inseguridad y culpar a los migrantes magrebíes. Lamentablemente, en tiempos en que la agenda neofascista cotiza al alza, no faltan intelectuales que optan por “quemar sus propias naves” y vender su alma al diablo.
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