La soledad se nutría en su retiro del recuerdo de infinitos pasados, se ofrecía a las caricias del presente y soñaba con la esperanza, siempre incierta, del futuro. Y el silencio del misterio que la rodeaba enamoró, paradójicamente, a la comunicación, orgullosa de su naturaleza abierta. Necesitada de incorporar a su particular arcoiris el color que la soledad guardaba para si misma, la comunicación le envió una estela de luz que concentraba todas sus tonalidades. Y la soledad, agradecida, la convirtió en el lecho de su reposo. Quiso corresponder a la comunicación obsequiándole su color indescifrable, no sin antes rogarle que lo compartiera como un secreto recíproco. Y fue así como ambas apelaron al amor para que bendijera el vínculo y a la libertad para que oficiara de intermediaria. Los entes que acosaron y acosan esta unión no pueden desechar el miedo a la derrota.
Giancarlo dice
🎩
Genial…!
No podrías haberlas descrito mejor a ambas, la soledad y la comunicación.
Juntas son la fuerza que nos anima a seguir adelante…
AUGURI Javi !
Rina dice
Muy , pero muy bueno …..