Nunca he sido aficionado al fútbol ni he seguido a ningún equipo como para considerar sus triunfos como un éxito propio, incluyendo en ello a la selección nacional. Me estoy refiriendo, claro, al fútbol profesional masculino, que es, además de fútbol, un inmenso negocio con una poderosa influencia en el país.
Sin embargo, nada de ésto me ha impedido empatizar con la general alegría que ha recorrido el país a raíz del triunfo de la Selección Española de Fútbol Femenino en el campeonato mundial. Y no tanto por el triunfo en sí, que también, sino porque esta victoria marca un hito que hace plenamente visible el avance social hacia la igualdad entre hombres y mujeres. Además, rompe con el mito, alimentado por la caverna reaccionaria, que contrapone los derechos de las mujeres a los de los hombres. El progreso del fútbol femenino no se hace a costa del masculino. Por el contrario, beneficia al fútbol en su conjunto, introduciendo una nueva perspectiva.
Durante estos días, en diferentes medios, se ha resaltado la contribución a este triunfo de todas aquellas mujeres que rompieron barreras para acceder a trabajos y actividades tradicionalmente reservadas a los hombres. Siendo ésto absolutamente cierto, quisiera, además, poner en valor el papel jugado por la escuela y, en especial, por el profesorado comprometido con la coeducación (educación en igualdad), que ha contribuído sustancialmente a que tanto chicas como chicos desarrollen plenamente sus capacidades sin las limitaciones impuestas por los estereotipos de género.
Buen ejemplo de esta labor de la escuela en favor de la igualdad son los cambios que, en las últimas décadas, han tenido lugar en las zonas dedicadas a la Educación Física y al recreo en los centros docentes, donde las áreas diferenciadas para juegos de chicos (fútbol) y juegos de chicas (cinta elástica…) han cedido su lugar a espacios más integrados e inclusivos, expresión de un programa educativo común para ellos y ellas. Es este marco educativo el que favorece que muchas chicas puedan manifestar abiertamente su vocación por el fútbol y su intención de dedicarse profesionalmente al mismo.
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