Admiro el arte que huye de la tentación
de ocultar la indiferencia bajo envoltorios de lujo.
Admiro el arte que me brinda la belleza,
para comprender el mundo en el que vivo y soñar aquel al que aspiro.
Admiro el arte que me hace viajar a otra dimensión,
para entenderme a mi mismo.
Admiro el arte que me hace feliz,
haciéndome mejor persona.
Admiro el arte que edifica estatuas de la libertad
con las cenizas de los hogares apagados.
Admiro el arte que celebra la vida,
aun en medio de la devastación y la muerte.
En la cabecera, obra de Banksy en Gaza.
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