«El sueño de la razón produce monstruos» es uno de los grabados de la serie de Los Caprichos de Goya, donde el pintor aragonés plasmó, en clave de sátira, las miserias de la sociedad que le tocó vivir, desde las hipócritas convenciones sociales hasta los abusos del poder, en particular, del eclesiástico.
«El sueño de la razón produce monstruos» es uno de los grabados de la serie de Los Caprichos de Goya, donde el pintor aragonés plasmó, en clave de sátira, las miserias de la sociedad que le tocó vivir, desde las hipócritas convenciones sociales hasta los abusos del poder, en particular, del eclesiástico.
En este Capricho, el pintor se representa vencido por el sueño en su mesa de trabajo e inmerso en una pesadilla en la que los monstruos de la noche vienen a ocupar su mente, desplazando la razón. Es, sin duda, una metáfora en la que Goya, que fue un hijo de la Ilustración, contrapone, por ausencia, la luz de la Razón a las tinieblas de la ignorancia y el miedo, impuestas por el despotismo moral.
De un tiempo a esta parte, desde que la agenda neoliberal hizo “plof” y diversos movimientos de resistencia popular pusieron en jaque al sistema (Occupy Wall Street, 15M, soberanismo catalán, feminismo…), la irracionalidad y el oscurantismo se han hecho presentes en la maquinaria de desinformación y odio que el fascismo ha venido promoviendo en España y el mundo. Su objetivo: sembrar la discordia y romper el tejido social.
El pasado domingo, algunos de los principales cabezas visibles de la Internacional fascista se dieron cita en Madrid en el aquelarre organizado por Vox para inaugurar la precampaña de los comicios europeos del próximo 9 de Junio. Todos ellos se hacen pasar por rebeldes y patriotas, pero son los perros guardianes de un sistema de gobernanza que alimenta la glotonería de los grandes negocios a base de saquear recursos públicos y atacar derechos de ciudadanía. Por eso, se emplean a fondo en demonizar todo lo que implique identificar democracia y derechos humanos, una tarea imposible sin caer en la zafiedad intelectual y la indigencia moral, sin atentar contra la Razón ¡La vieja pesadilla, con nuevos ropajes, denunciada por Goya!
La elección de Madrid para celebrar la cumbre no fue inocente. El Gobierno de España representa un contrapunto progresista a la oleada reaccionaria que recorre Europa. Las políticas públicas del Gobierno son criticables, pero esta tribu, con fuertes anclajes en posiciones de poder, no practica el debate de ideas, sino la guerra sucia. El macho cabrío que ofició de maestro de ceremonias y el mono de feria que ejerció de estrella invitada no desplegaron sus paranoias golpistas de forma improvisada. Tenían claro lo que querían: añadir a los frentes mediático, judicial, autonómico y partidista contra el Gobierno, el diplomático.
Por todo ello, en lo que a mi respecta, no pienso esperar a que sea demasiado tarde y tenga el “campo de concentración” frente a mi casa. No pasarán.
PD.- Con perdón por el lenguaje utilizado.
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