Este domingo, 28 de Mayo, acudiré a mi colegio electoral, como siempre, a ejercer mi derecho al voto. No participo de la opinión de que votar no sirve para nada y es preferible la abstención. No votar es una manera de votar, de votar por quienes hacen valer sus posiciones de poder sin necesidad de pasar por las urnas. La pasividad también tiene un peso en la historia.
La necesidad de ir a votar se antoja aún más acuciante en una circunstancia histórica marcada por el auge global de la extrema derecha, cuyo programa consiste en emplear la guerra sucia contra “la izquierda” utilizando como pantalla la defensa de la patria, todo con tal de tapar las miserias del sistema y mantenerlo a buen recaudo.
En el transfondo del conjunto de programas y candidaturas que concurren a estas elecciones municipales y autonómicas subyacen dos modelos socio-políticos divergentes: el modelo neoliberal, representado por la derecha y la ultraderecha política (PP, Vox y Ciudadanos), y el modelo de Estado democrático y social, respaldado por las opciones progresistas. El primero supone entregar los bienes comunes y las condiciones laborales al mercado mientras se conceden beneficios fiscales a las grandes empresas; el segundo, poner las instituciones públicas al servicio del bien común. El primero genera desigualdad y exclusión social; el segundo permite avanzar hacia una dermocracia inclusiva que beneficia a la sociedad en su conjunto.
Mi voto irá al espacio progresista, a través de la candidatura municipal Unides per Alacant , encabezada por Manolo Copé, y la candidatura autonómica Unides Podem, liderada por Héctor Illueca. Tengo la suerte de conocer a algunas de las personas que integran dichas candidaturas y doy fe de su honestidad, su solvencia y su compromiso. Quisiera hacer una mención especial a José Antonio Fernández Cabello, amigo, referente del trabajo en pro de los derechos humanos en Alicante y artífice de una gran parte del programa de la candidatura al Ayuntamiento de Alicante.
Es evidente que votar progresista no va a acabar de la noche a la mañana con las impiedades del capitalismo desregulado pero, sin duda, constituye una contribución para que las garras del mercado no “okupen” los derechos de ciudadanía.
En el encabezamiento, antigua fotografía del Ayuntamiento de Alicante.
Acompaño este post con el simpático spot electoral de la candidatura.
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