El asunto del procès soberanista catalán se ha convertido en los últimos años en un tema “cuasi-tabú” en conversaciones, tertulias y reuniones de amistades, compañer@s de trabajo o familiares fuera de Catalunya. Hablar de presos o exiliados políticos levanta ampollas y, enseguida, surge la matización: “No, son políticos presos. Se saltaron la ley y tienen que pagar por ello”. El asunto hace vivir a much@s con la «escopetica cargada», dispuestos a aprovechar cualquier ocasión para lanzar el dardo. Una simple anécdota al respecto: en Octubre de 2017, en la terraza de un conocido restaurante de Alicante, una persona sentada en la mesa contigua tenía, sin duda, la antena puesta mientras una amiga y yo mismo conversábamos tranquilamente sobre las cargas policiales del 1 de Octubre contra la población que acudió a votar en el referéndum soberanista y sobre la Declaración en favor de la autodeterminación de Catalunya proclamada el día 10. El ciudadano en cuestión lanzó un insulto contra los catalanes en medio de la concurrencia, sin duda dirigido a mi amiga y a mí. Hube de reaccionar y como las personas trabajadoras del restaurante me conocen, me felicitaron por la manera en que lo hice. No perdí los papeles y el «bravuconcillo» quedó en evidencia. Enfin, una simple anécdota, por supuesto, pero significativa.
Ahora, una experiencia que, sin dejar de ir más allá de un episodio, no deja de ser también significativa. En Octubre del año pasado, cuando el contra-proceso judicial contra el procès estaba a la vista, Marià Delàs, redactor del diario Público, me propuso organizar en Alicante, donde vivo, un video-forum centrado en el documental titulado «20S». Es éste un extraordinario trabajo periodístico y un documento histórico de primer orden, producido por Mediapro y dirigido por Jaume Roures, que reconstruye de manera minuciosa los hechos que sucedieron en la jornada del 20 de Septiembre de 2017 en la Consellería de Economía y Hacienda de la Generalitat catalana, en la sede de la CUP y en las calles de Barcelona y que, de manera contundente, desmonta la versión oficial que, a la postre, ha conducido a la desproporcionada sentencia dictada por el Tribunal Supremo el lunes 14 de Octubre contra los dirigentes del procès. La mesa del video-forum hubiera estado formada por un coordinador y uno o dos representantes del soberanismo catalán y, como no podía ser de otra manera, hubiera estado abierta a la participación del público. (Adjunto al final el enlace del documental)
La propuesta formaba parte de una iniciativa de mayor alcance, aunque muy limitada por los recursos y las personas disponibles, que pretendía difundir, dentro y fuera de Catalunya, la verdad de lo ocurrido ese 20 de Septiembre, algo a todas luces necesario en el contexto de un proceso judicial sin otra finalidad que la de descabezar y desmantelar el procès soberanista.
Con la ayuda de un pequeño grupo de personas, gestioné la organización del evento con la intención de que se convirtiera en un lugar de encuentro e intercambio, habida cuenta de que el documental había sido vetado en su integridad (y lo sigue estando) en las cadenas generalistas españolas. Consideré que el acto tenía entidad suficiente como para que fuera suficientemente difundido entre la población de Alicante interesada y entre los estudiantes universitarios, más allá de los ámbitos restringidos de determinadas organizaciones políticas o sindicales. Por ello, estimé que el Club Información, perteneciente al diario Información de Alicante, el de mayor difusión de la provincia, y la Universidad de Alicante eran los lugares más idóneos para celebrarlo. Así, planifiqué tres pases, uno en el salón de actos del Club Información y dos, de mañana y tarde, en sendos salones de actos de la Universidad. No se trataba de un acto de apoyo al soberanismo catalán, sino de afirmación del derecho ciudadano a la verdad y al pluralismo democrático. Hay que señalar también que hubo que tener presente la manera de prevenir la posible irrupción saboteadora de los fachas.
Al final, el evento no pudo tener lugar. La responsable del Club Información me comunicó que no era posible su celebración porque había obras en la sede del periódico que podían dar lugar a “problemas de seguridad” y porque, en las citadas circunstancias, el rotativo tenía «otras prioridades». En realidad, las obras estaban en la Redacción y no en el Salón de actos y éste podía perfectamente haber sido utilizado. En la Universidad, cuando ya estaba todo preparado y se habían hecho las oportunas reservas abonando, como es preceptivo, una cantidad en concepto de fianza, el Vicerrectorado envió una nota exigiendo el pago de un alquiler para poder utilizar los espacios reservados. Fácil colegir la intencionalidad: prohibir obligando a pagar en vez de hacerlo directamente. Se llama censura.
He de decir que, una vez que el evento hubiera de ser suspendido, Jaume Alonso Cuvillas, abogado de Puigdemont y posible interviniente en el video forum, me envió una cariñosa nota de agradecimiento.
Es posible que estas anécdotas no sean especialmente relevantes; pero, creo que, a pequeña escala, reflejan de manera significativa el impacto que la violencia que anda detrás del “a por ellos” ha tenido en el conjunto de la sociedad y en las instituciones.
¿Ésto es democracia?
El pasado 24 de Octubre, la momia del dictador Francisco Franco fue exhumada del Valle de los Caídos. Llega 40 años tarde por las ataduras fascistas heredadas y articuladas en las redes de poder del Régimen del 78. Aún así, podía haber supuesto un momento de júbilo para el conjunto de la sociedad española. ¿Lo puede ser para los presos y exiliados políticos catalanes, para sus familiares y amistades y para los que han podido comprobar en los últimos años el cerco y el bloqueo que el Estado español ha puesto a las reivindicaciones soberanistas?.
Danae dice
Un post muy interesante. Gracias por la ilustración. Reciba un cordial saludo.